El acrónimo RETIE hace síntesis del Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas adoptado por el gremio especializado en Colombia. Este tratado teórico y aplicado regula las prácticas profesionales en profundidad y exige ciertas medidas y prevenciones en el desarrollo de una instalación eléctrica residencial que deben ser tenidas en cuenta sin excepción.

En primer lugar, recomienda el uso de los materiales adecuados, aunque sean más costosos, mientras que advierte del peligro de prácticas contrarias, en las que se aceptan como buenos fusibles o interruptores automáticos más baratos. La ética del electricista cobra aquí un protagonismo irrefutable, pues de ella dependerá en última estancia cualquier decisión que influya de algún modo en el proceso de instalación.
Una instalación eléctrica en ámbitos residenciales, también conocida como interior, está alimentada por una fuente de energía propia (o, según los casos, una red de distribución) y diseñada para surtir de energía eléctrica a uno o varios clientes. Forma parte de este grupo cualquier instalación receptora, aunque sus partes o toda su totalidad se encuentre a la intemperie. Para acometer un trabajo como éste, el trabajador deberá respetar algunos conceptos básicos incluidos en el RETIE, todo ello en pos de la seguridad.
El RETIE reconoce como instalaciones eléctricas a los circuitos eléctricos, así como a todos los componentes que forman un sistema eléctrico, y cuya función es la generación, distribución, transformación o empleo de la energía eléctrica, respetando los máximos de tensión y frecuencia permitidos por el reglamento profesional. Estos requisitos son de cumplimiento obligado en Colombia cuando las instalaciones nuevas de corriente alterna o continua superen o igualen la tensión nominal de 25 vatios y cuando la corriente alterna sea menor o igual a 500 kilovatios, siempre con una frecuencia de servicio nominal inferior a 1000 herzios y mayor o igual a 50 vatios en corriente continua.
La garantía de la seguridad exige algunos procedimientos a seguir por todos los profesionales. Como garantía, destacan el rotulado, la resistencia eléctrica en corriente continua, el área mínima, la denominación formal del conductor, la carga mínima de rotura para líneas aéreas, y el espesor y resistencia mínima del aislamiento. Por tanto, se considera como infracción del reglamento técnico cualquier acto de importación, creación y comercialización de alambres y cables que no respeten las especificaciones recogidas en el RETIE.
Los sistemas de protección en instalaciones de baja tensión tratan de garantizar la seguridad de una residencia, evitando sobrecargas y sobretensiones, así como resguardando a los usuarios de un contacto directo o indirecto con la instalación eléctrica. Deben colocarse obstáculos que impidan el acceso a la zona energizada, previendo cualquier tipo de accidente doméstico. Asimismo, los instaladores deben emplear equipos que prevengan corrientes de fuga y baja tensión (mayor o igual a 50 vatios en locales secos, menor o igual 24 vatios en los húmedos). El RETIE también regula el uso de dispositivos de corte automático de la alimentación, circuitos aislados galvánicamente con transformadores de seguridad, conexiones equipotenciales, sistemas de puesta a tierra y regímenes de conexión a tierra que protejan a las personas frente a hipotéticas corrientes de fuga.
En el proceso de instalación residencial, el profesional debe evitar emplazamientos con temperatura elevada (tuberías de calefacción, por ejemplo) y ventilación irregular. Por otro lado, el cableado debe estar bien sujeto, estructurado y con sus circuitos perfectamente identificados en todas las canaletas. Los propios cables deben disponer de un aislamiento auto extinguible de llama que impida o al menos minimice cualquier posible incidente eléctrico.
Una instalación eléctrica en una vivienda debe estar preparada para sostener el funcionamiento de un circuito para pequeños electrodomésticos, otro para conexión de plancha y lavadora, y uno más para iluminación y fuerza. En residencias que dispongan de 3,5 kilovatios (o menos) instalados, se permite que los tomacorrientes con interruptor de circuito por falla a tierra puedan hacer parte de un circuito para utensilios de cocina, iluminación y fuerza de baños, siempre que no haya más de dos salidas sencillas o una doble.
Los bloques de residencias con más de cien personas por piso o nivel de construcción deben disponer de un sistema de potencia de emergencia, con el fin de suministrar energía tras un corte de electricidad (al cabo de unos diez segundos) de manera automática. Estos sistemas deben suministrar energía a las señales de salida, sistemas de ventilación, detección y alarma de sistemas contra incendio, bombas contra incendio, ascensores, sistemas de comunicación o procesos industriales.
Según el RETIE, por instalaciones eléctricas especiales se considera a aquéllas que están localizadas en ambientes clasificados como potencialmente peligrosos o que, por alimentar equipos o sistemas complejos, puedan presentar una mayor probabilidad de riesgo que una instalación básica y requieren medidas especiales que mitiguen o eliminen tales riesgos para el trabajador y la parte contratante.
El reglamento técnico incluye en este grupo a instalaciones situadas en hospitales y centros sanitarios; sistemas de emergencia y alarma contra incendio; instalaciones calificadas como de ambientes especiales por la existencia de un alto riesgo de explosión en la zona; instalaciones eléctricas ubicadas en sistemas de transporte de personal, como ascensores, grúas, escaleras eléctricas, montacargas o teleféricos; e instalaciones eléctricas ubicadas en lugares públicos multitudinarios.