Los efectos del cambio climático podrían ser la clave para aumentar el cuidado de los recursos hídricos del país. Esto con el fin de lograr todo su potencial económico y social.

Según el Banco Mundial, en la actualidad el 97 % de latinoamericanos que viven en ciudades ya cuentan con una fuente confiable de agua potable. Sin embargo, aunque hoy pareciera que el agua esta “garantizada” para la mayoría de los habitantes de la región, se estima que en 2030 habrá un déficit del 40 %.
La Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega afirma que para el 2050 los efectos del cambio climático pesarán en la generación de energía. Esto quiere decir que muchas zonas de Latinoamérica tendrán grandes problemas a futuro con sus recursos hídricos. En otras palabras, se convertirán en potenciales mercados para Colombia, pues según Acolgen, Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica, en nuestro país el 70 % de la producción de energía proviene de las hidroeléctricas y la confiabilidad energética es del 99,9 %, a pesar de las consecuencias que puedan traer lluvias más fuertes y sequías más prolongadas.
Gran parte de nuestros países vecinos tienen fuertes dependencias al agua extranjera, tanto para su suministro de agua potable como para la generación de energía. Ese es el caso de Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú.
En la actualidad Colombia exporta menos del 2 % de los 15.500 MW que produce al año. Se espera que en 2018 se haya aumentado hasta 18.000 MW por lo que la oportunidad de exportación es alta. También, el precio de la generación hidroeléctrica en el país resulta muy competitivo costando alrededor de $40/Kwh.
Sin duda, los recursos hídricos de este país podrían hacer la diferencia ante una posible crisis de escasez en la zona. No solo en exportar energía serían aprovechados, también en un mercado regional en donde millones de personas disfrutarían el agua potable colombiana.