Actualmente, muchas naciones están dispuestas a pagar cualquier preco con el objetivo de desarrollar un sistema sostenible, eficiente y de bajo costo que garantice electricidad a zonas urbanas y rurales en toda la extensión de sus territorios.

La energía eólica forma parte del grupo de energías renovables, que en su caso utiliza la fuerza del viento para generar electricidad. El principal medio para obtenerla son los aerogeneradores, “molinos de viento” que transforman con sus aspas la energía cinética del viento en energía mecánica.
De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad de Chile, se estima un costo equivalente al del combustible fósil en el 2020, cuando se alcance una capacidad instalada a nivel global superior a 650 GW. Actualmente tiene un rango de US$1.200 a US$1.700 /kW instalado.
Según el estudio en mención, en los últimos 10 años se ha vivido un boom por la demanda de la energía eólica, siendo una de las alternativas energéticas más usadas en el mundo, lo que ha llevado a que existan limitaciones en cuanto a su producción y por ende aumentos de hasta 20% en los precios de los equipos.
Como no existen políticas claras y definidas sobre el incentivo a la inversión de esta tecnología, los productores ven como un gran riesgo incrementar su capacidad de producción, pues no tienen certeza si el día de mañana se mantendrá este nivel de demanda.
Según la publicación especializada Nature Climate Change , la energía eólica cuesta casi dos veces menos que aquella electricidad renovable obtenida directamente a partir de la radiación solar mediante un dispositivo semiconductor denominado célula fotovoltaica.
Los autores concluyeron que en 2010 la energía fotovoltaica les costó 2,2 a 4,5 veces más que la energía del viento, y que la diferencia de costos entre las dos tecnologías se mantendría por lo menos hasta 2020.
El desarrollo sostenible de energías está en boga a nivel mundial, aunque hay naciones que hasta ahora comienzan a evaluar opciones y buscar asesorías para desarrollar este tipo de energías y seguir el ejemplo de Uruguay, quien hoy por hoy se consagra como pionero mundial en esta materia.
En los últimos 6 años, Uruguay ha invertido más de US$22.000 millones en energía renovable sostenible y ahora se perfila como líder mundial, debido a que cuenta con 20 parques eólicos en funcionamiento y suma otros 12 en etapa de planeación y construcción. Durante los próximos cinco años el país suramericano invertirá más de US$ 6.000 millones en energías renovables.
Por su parte, China también se ha encargado en promover fuertemente el uso de la electricidad generada por la fuerza eólica para la calefacción invernal en regiones norteñas, como parte de sus esfuerzos para aliviar la contaminación del aire.
La Administración Nacional de Energía (ANE) demandó que las provincias faltantes por este mecanismo en su territorio, deberán presentar planes que incluyan la energía eólica en sus sistemas de calefacción antes del próximo invierno.
Colombia también ha mostrado un amplio desarrollo de energía hidroeléctrica. Desde hace unos años se vienen instalando en una serie de proyectos de energía eólica en el departamento de la Guajira con capital público-privado que le garanticen al país avances en esta materia para los departamentos más apartados del país.